miércoles, 24 de noviembre de 2010

131. Violencia contra la mujer

El próximo día 25 de noviembre celebramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Así lo aprobó la Asamblea General de las Naciones Unidas en recuerdo de las tres hermanas Mirabal, asesinadas por el general Trujillo en República Dominicana en 1960. Aunque este día se celebró por primera vez el año 2000, bajo el auspicio de las Naciones Unidas, las organizaciones de mujeres venían luchando contra la erradicación de la violencia desde mucho tiempo antes.

Entre nosotros, como en todo el mundo, la violencia contra la mujer tiene su origen en la prevalencia de la mayor fuerza física del varón y la imposición de la misma como principio de autoridad. Querer imponerse sobre la mujer es sólo una manifestación fuerza bruta. En otras palabras, el acto más animal y menos humano que puede hacer la persona. Esta afirmación sería incomprendida hace años, porque la humanidad se movió, durante demasiado tiempo, apoyándose en la fuerza bruta.

De hecho la evolución humana ha consistido en ir venciendo esa tendencia animal, tan presente en cada persona y tan presente también en la política internacional. Norberto Bobbio decía que la primera tarea de los intelectuales debería ser la de impedir que el monopolio de la fuerza se convierta en el monopolio también de la verdad. Pensamiento, lo que se dice auténtico pensamiento humano, y fuerza bruta siempre han sido antagónicos en la historia de la humanidad. No es para nada disonante recordar a aquel militar español que ante las reflexiones del pensador Unamuno contra la fuera bruta reaccionaba gritando muera la inteligencia, viva la muerte.

Erradicar la violencia contra la mujer es volvernos más humanos. Quien pega a su esposa por el hecho de ser mujer y considerarla más débil o con menos derechos es simplemente un animal. Y un animal enemigo del desarrollo no sólo cultural sino económico y social. Los países del norte de Europa lograron una buena parte de su éxito económico incorporando a la mujer plenamente al trabajo productivo. Pero en condiciones de igualdad. La desigualdad ni siquiera es rentable. Y cada día se puede hacer una relación mejor entre subdesarrollo y desigualdad, incluida la desigualdad de género.

En nuestro país, aunque ha habido importantes avances, gracias a la lucha de las mujeres, todavía queda un largo recorrido para llegar al pleno reconocimiento de la igualdad con el varón. A pesar de mejoras sustanciales en la legislación continúa habiendo mal trato en el hogar. Hace aproximadamente diez años la mitad de las mujeres decían todavía, en una encuesta de la UCA, que en la violencia intrafamiliar nadie de fuera debería meterse. Las violaciones de niñas menores se dan especialmente en el seno del hogar y provienen con demasiada frecuencia de parientes. El feminicidio ha venido ascendiendo gravísimamente en El Salvador, cuadriplicándose en número en relativamente pocos años. Las denuncias de violencia y acoso contra la mujer fueron 650 en 2004, pero han pasado a más de 1300 en lo que va de este año.

Y frente a esto hay poca crítica y poca conciencia. Incluso algunos representantes de la empresa privada se dan el lujo de dar declaraciones muy poco respetuosas con las mujeres. Cuando el Gobierno actual abrió las posibilidades de que las trabajadoras del hogar se incluyeran en el Seguro Social, la posición de algunos líderes empresariales fue vergonzosa.

Simplemente se opusieron, en vez ofrecer caminos para superar los inconvenientes que ellos supuestamente percibían en la decisión gubernamental. Olvidando que las trabajadoras del hogar sufren con frecuencia, no sólo en El Salvador, pero también en nuestro país, una forma moderna de esclavitud. Dicho esto último por una representante de las Naciones Unidas especializada en los derechos de la mujer. Si quienes tienen el liderazgo económico de este país quieren que se les respete, tienen que trabajar más por tener al mismo tiempo liderazgo moral.
Y de momento no lo tienen.

Un estudio reciente del PNUD afirmaba que la mujer salvadoreña trabaja como promedio una hora más que los hombres. En ese mismo informe el valor económico del trabajo doméstico no remunerado de año 2005 se calculaba en 5436 millones de dólares. De ese trabajo el 86% correspondía al trabajo femenino y sólo el 14% a los hombres. La mujer salvadoreña es enormemente productiva, pero carece de prestaciones adecuadas en el campo de la salud materna y su trabajo no queda reflejado en la pensión que recibirá, si la recibe, cuando llegue a la tercera edad. ¿Es justo que aún encima sufra violencia por el simple hecho de ser mujer?

La fecha del 25 de Noviembre no es una fecha más. Es una llamada lacerante a enfrentar una realidad en muchos aspectos vergonzosa. No se trata de atacar o insultar a todos los varones. Es evidente que están, y no son pocos, los que respaldan a las mujeres en sus luchas. Pero la situación no es halagüeña y el trabajo que queda por delante es abundante. Cambio en la cultura machista, mejoramiento en la normativa, eliminación de la impunidad frente a los golpes recibidos, y decisión política real en la famosa tolerancia cero frente al acoso, son cambios indispensables tanto para la cohesión social como para el desarrollo.

Y todavía más, cambios estrictamente necesarios para poder hablar de justicia.

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:: José M. Tojeira
http://www.diariocolatino.com/es/20101123/opiniones/86728/



miércoles, 17 de noviembre de 2010

130. 21 años.

Veintiún años llenos de historia que no ha sido del todo grata.

Documentos conclusivos del CELAM resumen el pronunciamiento de la Iglesia sobre los acontecimientos causados por la violencia represiva de ese entonces en la mayoría de pueblos Latinoamericanos, tratando de dignificar a las víctimas y en poniendo en la práctica sus palabras, se fundan las Comunidades Eclesiales de Base como respuesta a una organización a través del Evangelio y la protección de civiles ante la violación de derechos humanos y graves faltas que se cometieron entonces.

Siendo la Iglesia una entidad que nos orilla al perdon y la conversión por la naturaleza de sus objetivos, admira sin embargo,que no hable sobre el olvido inmediato de todos los hechos a través de un proceso donde las heridas no son cerradas correctamente. Nuestros pueblos latinoamericanos han comprobado el difícil proceso que supone vencer guerras civiles y golpes de Estado a base de leyes que dejan en la impunidad a verdaderos criminales y que ha terminado pasando facturas de subdesarrollo a través de estos años.

Pese a la mala memoria histórica que poseemos en general, cada noviembre se recuerda la ofensiva final donde cientos de personas fueron asesinadas, incluyendo a los jesuitas de la UCA quienes de manera ejemplar nos hacen la invitación de vencer el mal con el bien tal como lo sugirió San Pablo en su carta a los Romanos y no por medios violentos de igual forma que con los que somos atacados.

Hoy con mayor urgencia deben buscarse alternativas al estado de violencia y agresión que envuelve nuestro cotidiano; se deben buscar esas armas mediáticas por las que se lleguen a vencer los esquemas del pasado que la sociedad no ha logrado superar y así poder entrar en la dinámica de esa formulación y construcción de la sociedad en paz, justicia, amor y libertad que todos anhelamos. Estas armas deben permitir que la brecha de estructuras sociales vayan siendo cada vez mas pequeñas para que el porcentaje de personas que mueren por hambre y falta de acceso a la salud vaya en decadencia.

No hay una formulación mágica y funcional que resuelva conflictos que se derivan de las estructuras que cada sociedad establece, mucho menos si rayan en la injusticia y la opresión, en el sometimiento y la esclavitud entre los hombres, pero ya se canta desde hace mucho tiempo que "No basta rezar..." y Romero lo demostró asumiendo el papel de Profeta al que todos hemos sido llamados desde el Bautismo. La respuesta a los problemas no está fuera de nosotros pero el no tener conciencia de ello es donde reside el verdadero problema.

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:: Yami Flores

viernes, 5 de noviembre de 2010

129. ¿A quién interpelar?

“Así como los padres/madres de la patria tienen el derecho de interpelar a los funcionarios públicos, los ciudadanos como su servidor también tienen el derecho de interpelar a los que dicen representarle.”

Políticamente hablando, quizá pueda valorarse como no adecuado que el presidente del BCR, Carlos Acevedo, hubiera generalizado sus apreciaciones sobre el comportamiento arduo y veloz de los diputados/as a la hora de aprobar leyes que favorecen sus intereses particulares. Ahora bien, lo que no se puede negar es que les dijo unas verdades bien puestas a ciertos padres/madres de la patria, sean de derecha o izquierda.

A raíz de esas valientes declaraciones del presidente del BCR, un legislador de izquierda se sintió tocado, e insinuó incluso que se le podría acusar al presidente del BCR de calumnia e injuria. Claro, él, desde su impunidad parlamentaria, puede decir y hacer lo que quiera; sin embargo, resulta que el ciudadano tiene sobre sí la pena de cárcel por opinar lo que, vaya a saber Dios, se considera falta contra el “honor” y calumnia (por algo no quiso firmar la petición de los medios de comunicación de despenalizar con cárcel las opiniones que se consideren como tales).

Al mismo tiempo, algunos diputados de derecha han promovido la interpelación del presidente del BCR por decirles sus verdades. Tenemos entendido que algunas preguntas van con “mala leche”, como dicen en buen castizo, y van dirigidas incluso a cuestionar su nacionalidad (como si esto tuviera algo que ver con el tema).

Ahora bien, la pregunta que se viene a la mente de muchos, posiblemente muchísimos ciudadanos, es ¿a quién realmente se debe interpelar? En tal sentido, así como los padres/madres de la patria tienen el derecho de interpelar a los funcionarios públicos, los ciudadanos como su servidor también tienen el derecho de interpelar a los que dicen representarle. Por ello, a algunos señores/as diputados/as del parlamento nacional o centroamericano (no a todos/as por supuesto) les he preparado el siguiente cuestionario, el cual con gusto, si así lo desean, puedo personalmente contestar públicamente en lo que me compete, a cambio de que lo hagan también públicamente ustedes.

¿Cada cuánto cambian los vehículos los miembros de la Junta Directiva de la Asamblea? ¿Han cambiado vehículos recientemente? ¿Cuánto costó cada vehículo?

¿Cuántos empleados/as tienen a su servicio cada miembro de la Junta Directiva, jefes de fracción, jefes de comisiones? ¿Qué funciones desempeñan cada uno o una de ellas? ¿Han aumentado estas/os empleadas/os a su servicio con el presupuesto 2011? Si así fuera ¿por qué lo ha hecho en este momento de austeridad y crisis? ¿Cuáles son las calificaciones que tienen los contratados a su servicio? ¿Tiene alguna relación política o personal con ellos/as?

Señores miembros de la Junta Directiva ¿cuántos guardaespaldas tienen a su disposición? ¿Cuánto cuestan?

Cuando viajan en misiones oficiales ¿viajan solos? Caso contrario ¿cuánto personal a su servicio los acompaña? ¿Por qué los acompañan? ¿Qué rol desempeñaron en dicha misión?

¿Han declarado patrimonio? ¿Cuánto era su patrimonio personal y familiar antes de ser diputado/a y cuánto es ahora? ¿Cuánto eran sus ingresos y cuánto son ahora? ¿Es propietario y/o está relacionado con algún negocio?

Los ciudadanos/as no estamos obligados al escrutinio público, pero si alguno de ustedes, señores diputados/as, que sí están obligados, así lo desean, podemos responder ambos públicamente a tales interrogantes. Espero que estas interrogantes formuladas por un representado no sean consideradas lesivas a su honor, sino un intento de levantar el honor de nuestros representantes.

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:: Roberto Rubio.
http://www.laprensagrafica.com/opinion/editorial/149707--ia-quien-interpelar.html