Un visitante del extranjero como el presidente de la nación más poderosa del mundo hace que los países intenten dar la mejor cara ante dicha visita, aqui si hay voluntad, si hay recursos para solucionar los problemas por parte de los gobiernos locales. ( como si de un super héroe o un profeta se tratara)
Desconociendo los asuntos relacionados a lo presupuestario en cada país (Brasil, Chile y El Salvador son abismalmente diferentes) no me deja de asombrar cuando me dicen que no hay recursos para los maestros y el aumento de salario que demandan en El Salvador, o para tapar los hoyos en la calle, o para programas de becas o de alimentación para niños y niñas en necesidad en Chile o en Brasil.
Podría mencionar muchos más casos de áreas que necesitan recursos y no los reciben, pero lo que me llama la atención que a razon de la diplomacia de pronto cualquier país en latinoamerica tiene la capacidad de encontrar en su presupuesto los recursos para brindarle al presidente del país más poderoso del mundo todos los honores, se monta campaña publicitaria y de agradecimiento se busca arreglar las calles donde va a pasar y dar la impresión que estamos avanzando.
La diplomacia nos exige cumplir con ciertos requesitos para adecuar la llegada de un presidente, la realidad y los problemas de todos los dias se prefieren dejar pasar por desapercibidos.
Gobiernos que a razón de la diplomacia atienden con lujos a aquel que está acostumbrado y no atienden las necesidades de aquellos que claman por justicia.
Habrán programas de ayuda a latinoamerica, se discutirán en salones elegantes y se aprobarán en Viajes y Hoteles de lujo, mientras tanto ojalá que a Libia o a Japon los visite una personalidad más importante que Obama, talvés por diplomacia también les pintan una buena cara a la realidad dura que viven esos países ahora.
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