miércoles, 25 de febrero de 2009

020. El día mundial de la justicia social

El pasado mes de noviembre la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió proclamar el Día Mundial de la Justicia Social. Se decidió poco después que ese día se celebrara el 20 de febrero. Sin embargo, y aunque en justicia social hay grandes déficits, el día pasó sin ser mencionado, ni, mucho menos, celebrado. No sólo por la sociedad civil en general, sino por el Estado salvadoreño, que debería reflexionar en ese día sobre sus avances o retrocesos en ese campo.

Más triste aún es que precisamente en tiempo de elecciones, este tema no se toque a penas, a pesar de lo fundamental e importante que es para El Salvador. Justicia Social ha sido una palabra que despierta ronchas criollas. Sin embargo, a nivel internacional las cosas parecen dirigirse en otra dirección. Son las Naciones Unidas las que dicen que lo que ese concepto de dos palabras significa es actual, necesario e indispensable para la convivencia humana.

La propia Iglesia Católica, en su compendio de Doctrina Social de la Iglesia, dedicado a Juan Pablo II y editado el año 2005, dice claramente que «gran parte de la enseñanza social de la Iglesia es requerida y determinada por las grandes cuestiones sociales, para las que quiere ser una respuesta de justicia social».

Justicia social, según las Naciones Unidas, hace referencia a la erradicación de la pobreza, al fomento del pleno empleo y al trabajo remunerado con salario decente, a la igualdad de género y al acceso al bienestar social (redes de protección social adecuadas) y la justicia para todos. Todo un programa que aunque tiene reflejos en nuestra propaganda electorera, no acaba de cuajar en la terminología ni siquiera de la izquierda.

Esta incapacidad de utilizar un término, por otra parte tan consagrado tanto en el vocabulario de la comunidad internacional, como dentro de la tradición mayoritaria de nuestro país, tiene sus causas. Una de ellas, no la principal, pudiera ser que el término se identificó en ocasiones con el discurso de quienes pretendieron cambiar la realidad social salvadoreña por la vía de la violencia. Pero la razón fundamental ha sido básicamente la terrible falta de responsabilidad social empresarial, y el odio de ciertos empresarios y medios de comunicación, no de todos, al término justicia aplicado a la relaciones sociales, laborales y económicas de El Salvador. Todo ello unido a un pensamiento de derecha económico y político incapaz de reconocer que hay demasiadas personas en El Salvador privadas de sus derechos económicos y sociales.

Es cierto que un grupo de empresarios con conciencia, agrupados en torno a FUNDEMAS y alguna otra institución, han iniciado en El Salvador una meritoria labor de impulso a la responsabilidad social empresarial. Algunos ingenios azucareros han dado pasos excelentes a ese nivel, y lo mismo otras empresas de capital nacional o internacional. Pero también es cierto que periódicos como El Diario de Hoy emprenden campañas contra las actividades de responsabilidad social de algunas empresas, como lo hicieron contra una empresa internacional que estaba ayudando a comunidades pobres cercanas a Cacaopera. O publican sendos editoriales recalcando que la justicia social es un término obsoleto y absurdo. Y que la mayoría de los empresarios y de la derecha criolla siguen festejando las bayuncadas editoriales de este periódico. Todo ello a pesar de la actualidad que le da no sólo el pensamiento bien fundado de la Iglesia Católica, sino la propia relevancia proporcionada, en estos tiempos de crisis, por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Los partidos políticos, incluso en contienda, se cuidan de no utilizar el término por miedo a desagradar a este último sector empresarial, todavía con demasiado peso en nuestra patria. Frente a una pobreza que ha venido creciendo, ante una crisis que se aproxima cada día más a nuestra tierra, frente a unas redes de protección social débiles, carentes de medicinas y de servicios adecuados, frente a un trabajo todavía alejado del salario decente, y sufriendo las consecuencias de una institucionalidad deficiente, floja e incapaz de enfrentar con eficiencia problemas como la violencia y la criminalidad, hablar de justicia social es una necesidad política, en el sentido más noble que tiene la palabra política: El sentido del servicio a las personas, a la democracia y al verdadero patriotismo.

Tal vez al año que viene, libres ya de las presiones electoreras, celebremos con mayor reflexión el día mundial de la justicia social. Y pensemos detalladamente en lo que significa justicia social para un país como el nuestro, marcado claramente por la injusticia social.

Pero es una lástima que el primer día mundial dedicado a la justicia social lo hayamos desperdiciado sin debate ni reflexión porque estamos más ocupados en gritar electoreramente lo que nos separa, en vez de recordar lo que nos debía unir: El dolor de nuestros hermanos más pobres y la injusticia social que padecen más de la mitad de los salvadoreños.

De momento sólo la Iglesia católica ha designado esta primera semana de cuaresma como semana de la solidaridad, que en la propia terminología está íntimamente ligada a la Justicia Social. Así lo consigna claramente el Catecismo de la Iglesia Católica. Ojalá este esfuerzo nos sirva a todos para ahondar en la Justicia Social, tan necesaria para todo el mundo y tan olvidada en nuestro país.

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:: José María Tojeira.

domingo, 15 de febrero de 2009

019. De campañas negativas y campañas sucias.

No es lo mismo "Consulado General de Chile" que "General con su chile dorado".

Cuando el Presidente de la República argumentó que cierta estrategia de campaña confrontativa contra el partido opositor se le llamaba "Campaña Negativa", muchos medios de comunicación saltaron en su defensa. El problema inesperado ocurre hoy, cuando el atacado se convierte en atacante... ahora si, ahora se empieza a hablar de "Campaña Sucia".

Lo cierto es que durante todo el tiempo, nadie entendió la mínima diferencia entre lo negativo y lo sucio... Según un rotativo salvadoreño, la campaña negativa se apoya en juicios más o menos subjetivos y ciertamente debatibles, aunque sean polarizantes y confrontativos. En cambio, la campaña sucia es la que difama, insulta o calumnia. [1]

Pero ¿Desde cuando las supuestas "verdades" de la campaña negativa fueron reales? Cuando la mayoría de campaña se ha basado en argumentos especulativos como: "Chávez podría invadir El Salvador" o "Se adoctrinará niños y jóvenes hacia el socialismo".

Tristemente, los medios de comunicación se han rendido ante este palabrerio político, o desde un punto de vista más técnico... a esta semántica vulgar.

Las propuestas se quedan en el aire, mientras cada día, a los salvadoreños se nos revuelve el estómago con imágenes que no queremos ver, nos infunden temores que no queremos escuchar, y ambos partidos ARENA y FMLN se sumergen en una guerra ridícula que convierte cada espacio publicitario en un circo del que ningún salvadoreño quiere ser espectador.

La campaña "sucia" o "negativa" al final resulta un ejercicio antidemocrático, en el sentido que provoca un mayor abstencionismo en las elecciones y un análisis nada profundo de los problemas y soluciones para nuestro país.

Pero mientras pasan las horas para la llegada del esperado 15 de marzo, los partidos políticos y medios de comunicación se reservaran el derecho a la libertad de expresión en la medida que les favorezca y las salvadoreñas/salvadoreños seguiremos escuchando las "denuncias" que la mayoría nunca tuvo interés en conocer.

Les ruego, mi querido pueblo salvadoreño, ¡Razonemos nuestro voto!, pero no en miedos ni acusaciones, vengan de la derecha o de la izquierda, de la televisión o la radio, de Venezuela o Estados Unidos. Que llevemos ante las últimas consecuencias, la defensa de nuestro derecho a la integridad moral tomando decisiones por nosotros mismos, derecho que sabiamente la Constitución antepone al ridiculizado y sobre utilizado derecho de la libertad de expresión. [2]

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davpacas@hotmail.com
[2] Art. 2 Cn.

lunes, 2 de febrero de 2009

018. Programas de Gobierno

Los medios de comunicación salvadoreña nos han dado a conocer, a su manera, los diferentes programas de gobierno del Partido ARENA y FMLN. Aunque ambos intentan buscar soluciones a los principales problemas del país, es interesante observar como en unos casos, la misma propuesta, en el caso de ARENA, sea tomada como "Novedosa" y para el FMLN sea considerada "Dudosa".

Dos de las propuestas principales de ambos planes de gobierno, consiste en "Reducir el cobro de impuestos" y "Generar empleos". ARENA propone la eliminación del pago de renta a los asalariados que ganan menos de un mil dólares y generar 250,000 empleos; el FMLN, distribución de la carga fiscal y a la vez generar más empleos.

Con la propuesta de ARENA, el gobierno dejaría de percibir una cuantiosa cantidad, ya que los ciudadanos que ganan un mil dólares o menos que esa cantidad, conforman el 60% de los contribuyentes.

El director ejecutivo de la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE), Roberto Rubio, manifestó que la propuesta de ARENA no explica su viabilidad. Rubio considera que esta medida es viable técnica y políticamente, pero no financieramente por ese vacío que no se explica en el plan “País más Justo”. [1]

Por su parte, el FMLN propone una distribución de la carga fiscal, es decir, mayor impuesto a los que obtienen mayores ingresos y menor impuesto a los que obtienen menores ingresos. Pero es necesario que se explique si es viable financieramente, en el caso que también el gobierno podría dejar de percibir ingresos, aunque en este caso, puede que suceda lo contrario.

Aunque parece prometedor la propuesta de ARENA, respecto a la creación de los 250 mil nuevos empleos, el documento del Plan de Gobierno no explica cómo los generará. Según el Director de FUNDE, Roberto Rubio, considera difícil que se puedan generar en un año, 50 mil empleos.“¿Con qué dinero?, ¿con qué sectores?, ¿cómo creará empleo permanente?”, se pregunta este experto en la materia.

Ante la propuesta de generar empleo del FMLN, el economista Claudio de Rosa, explica que cuando uno habla de cobrarle más impuesto a las empresas, debe tener dos cosas en mente: uno, que a mayor impuesto a las empresas, son menos los empleos; y dos, que al final, quien tendrá que pagar sus costos es el consumidor". [2]

Evaluar la propuesta fiscal de ARENA como "Novedosa y Creativa" como asegura el Diario de Hoy, tendría sentido si el Plan de Gobierno de ese partido explicara de donde sacará el dinero que dejará de percibir y no se quedara en una idea sin fundamento. Asimismo, la propuesta del FMLN, debe explicar como actuaría en el caso que se revirtieran los ingresos del Gobierno al cambiar la distribución fiscal.

La población aclama por empleos dignos, y ambos partidos proponen nuevas fuentes de empleo, eso es seguro, pero ¿De que tipo? ¿Quien lo generará? ¿Serán permanentes? ¿Con salarios justos? ¿En medio de la crisis? ¿A través de nuevas maquilas? Y aunque ambas coinciden en no proporcionar la respuesta concreta a estas y otras preguntas, algunos medios hacen su lectura: "Coherente para un partido y difuso para el otro". [3]

Para su interés, dejo los vínculos para ver los programas de gobierno de ambos partidos.
ARENA: http://www.rodrigopresidente.com/plandegobierno.php
FMLN:
http://www.fmln.org.sv/fmlnORG/archivos/file/2008/gobierno%20del%20cambio.pdf
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davpacas@hotmail.com
[1]
http://www.diariocolatino.com/es/20090131/portada/63306/
[2]
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6351&idArt=2723286
[3]
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6351&idArt=3293491