domingo, 15 de febrero de 2009

019. De campañas negativas y campañas sucias.

No es lo mismo "Consulado General de Chile" que "General con su chile dorado".

Cuando el Presidente de la República argumentó que cierta estrategia de campaña confrontativa contra el partido opositor se le llamaba "Campaña Negativa", muchos medios de comunicación saltaron en su defensa. El problema inesperado ocurre hoy, cuando el atacado se convierte en atacante... ahora si, ahora se empieza a hablar de "Campaña Sucia".

Lo cierto es que durante todo el tiempo, nadie entendió la mínima diferencia entre lo negativo y lo sucio... Según un rotativo salvadoreño, la campaña negativa se apoya en juicios más o menos subjetivos y ciertamente debatibles, aunque sean polarizantes y confrontativos. En cambio, la campaña sucia es la que difama, insulta o calumnia. [1]

Pero ¿Desde cuando las supuestas "verdades" de la campaña negativa fueron reales? Cuando la mayoría de campaña se ha basado en argumentos especulativos como: "Chávez podría invadir El Salvador" o "Se adoctrinará niños y jóvenes hacia el socialismo".

Tristemente, los medios de comunicación se han rendido ante este palabrerio político, o desde un punto de vista más técnico... a esta semántica vulgar.

Las propuestas se quedan en el aire, mientras cada día, a los salvadoreños se nos revuelve el estómago con imágenes que no queremos ver, nos infunden temores que no queremos escuchar, y ambos partidos ARENA y FMLN se sumergen en una guerra ridícula que convierte cada espacio publicitario en un circo del que ningún salvadoreño quiere ser espectador.

La campaña "sucia" o "negativa" al final resulta un ejercicio antidemocrático, en el sentido que provoca un mayor abstencionismo en las elecciones y un análisis nada profundo de los problemas y soluciones para nuestro país.

Pero mientras pasan las horas para la llegada del esperado 15 de marzo, los partidos políticos y medios de comunicación se reservaran el derecho a la libertad de expresión en la medida que les favorezca y las salvadoreñas/salvadoreños seguiremos escuchando las "denuncias" que la mayoría nunca tuvo interés en conocer.

Les ruego, mi querido pueblo salvadoreño, ¡Razonemos nuestro voto!, pero no en miedos ni acusaciones, vengan de la derecha o de la izquierda, de la televisión o la radio, de Venezuela o Estados Unidos. Que llevemos ante las últimas consecuencias, la defensa de nuestro derecho a la integridad moral tomando decisiones por nosotros mismos, derecho que sabiamente la Constitución antepone al ridiculizado y sobre utilizado derecho de la libertad de expresión. [2]

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davpacas@hotmail.com
[2] Art. 2 Cn.

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