viernes, 5 de noviembre de 2010

129. ¿A quién interpelar?

“Así como los padres/madres de la patria tienen el derecho de interpelar a los funcionarios públicos, los ciudadanos como su servidor también tienen el derecho de interpelar a los que dicen representarle.”

Políticamente hablando, quizá pueda valorarse como no adecuado que el presidente del BCR, Carlos Acevedo, hubiera generalizado sus apreciaciones sobre el comportamiento arduo y veloz de los diputados/as a la hora de aprobar leyes que favorecen sus intereses particulares. Ahora bien, lo que no se puede negar es que les dijo unas verdades bien puestas a ciertos padres/madres de la patria, sean de derecha o izquierda.

A raíz de esas valientes declaraciones del presidente del BCR, un legislador de izquierda se sintió tocado, e insinuó incluso que se le podría acusar al presidente del BCR de calumnia e injuria. Claro, él, desde su impunidad parlamentaria, puede decir y hacer lo que quiera; sin embargo, resulta que el ciudadano tiene sobre sí la pena de cárcel por opinar lo que, vaya a saber Dios, se considera falta contra el “honor” y calumnia (por algo no quiso firmar la petición de los medios de comunicación de despenalizar con cárcel las opiniones que se consideren como tales).

Al mismo tiempo, algunos diputados de derecha han promovido la interpelación del presidente del BCR por decirles sus verdades. Tenemos entendido que algunas preguntas van con “mala leche”, como dicen en buen castizo, y van dirigidas incluso a cuestionar su nacionalidad (como si esto tuviera algo que ver con el tema).

Ahora bien, la pregunta que se viene a la mente de muchos, posiblemente muchísimos ciudadanos, es ¿a quién realmente se debe interpelar? En tal sentido, así como los padres/madres de la patria tienen el derecho de interpelar a los funcionarios públicos, los ciudadanos como su servidor también tienen el derecho de interpelar a los que dicen representarle. Por ello, a algunos señores/as diputados/as del parlamento nacional o centroamericano (no a todos/as por supuesto) les he preparado el siguiente cuestionario, el cual con gusto, si así lo desean, puedo personalmente contestar públicamente en lo que me compete, a cambio de que lo hagan también públicamente ustedes.

¿Cada cuánto cambian los vehículos los miembros de la Junta Directiva de la Asamblea? ¿Han cambiado vehículos recientemente? ¿Cuánto costó cada vehículo?

¿Cuántos empleados/as tienen a su servicio cada miembro de la Junta Directiva, jefes de fracción, jefes de comisiones? ¿Qué funciones desempeñan cada uno o una de ellas? ¿Han aumentado estas/os empleadas/os a su servicio con el presupuesto 2011? Si así fuera ¿por qué lo ha hecho en este momento de austeridad y crisis? ¿Cuáles son las calificaciones que tienen los contratados a su servicio? ¿Tiene alguna relación política o personal con ellos/as?

Señores miembros de la Junta Directiva ¿cuántos guardaespaldas tienen a su disposición? ¿Cuánto cuestan?

Cuando viajan en misiones oficiales ¿viajan solos? Caso contrario ¿cuánto personal a su servicio los acompaña? ¿Por qué los acompañan? ¿Qué rol desempeñaron en dicha misión?

¿Han declarado patrimonio? ¿Cuánto era su patrimonio personal y familiar antes de ser diputado/a y cuánto es ahora? ¿Cuánto eran sus ingresos y cuánto son ahora? ¿Es propietario y/o está relacionado con algún negocio?

Los ciudadanos/as no estamos obligados al escrutinio público, pero si alguno de ustedes, señores diputados/as, que sí están obligados, así lo desean, podemos responder ambos públicamente a tales interrogantes. Espero que estas interrogantes formuladas por un representado no sean consideradas lesivas a su honor, sino un intento de levantar el honor de nuestros representantes.

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:: Roberto Rubio.
http://www.laprensagrafica.com/opinion/editorial/149707--ia-quien-interpelar.html



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