La justicia española ordenó el lunes la detención de 20 militares y ex militares salvadoreños por su presunta implicación en la matanza de seis sacerdotes católicos jesuitas y dos empleadas domésticas en San Salvador en 1989.
El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco hizo público un auto de procesamiento, el paso previo a la apertura de juicio en España.
Velasco libró órdenes de busca y captura internacional contra 20 personas supuestamente implicadas en los hechos. Entre ellos, se encuentra el ex ministro de Defensa salvadoreño Humberto Larios.
Los jesuitas, cinco de ellos españoles, y las dos trabajadoras fueron asesinados en noviembre de 1989 por soldados que irrumpieron en el campus de la Universidad Centroamericana José Simón Cañas (UCA) en San Salvador durante una ofensiva guerrillera.
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http://feeds.univision.com/feeds/article/2011-05-30/espana-pide-detener-militares-salvadorenos?refPath=/noticias/mundo/noticias/
lunes, 30 de mayo de 2011
sábado, 14 de mayo de 2011
152. Ser madre en cárcel de mujeres
Si hubiera pensado antes, como piensa ahora, no estaría presa, ni estaría criando a su hija de 2 años, 5 meses, en el Centro de Readaptación para Mujeres, en Ilopango; ni estaría lejos de primer vástago, de 6, a quien tiene 3 de no ver, reflexiona Yuni Yonari, de 22.
“No sé cómo es ahora, nunca me lo han traído porque sale caro viajar. Un día, el año pasado, hablé con él, bien bonita la voz de mi niño, no, si me hace falta, mis niños son bien buenos, viera cómo hace gracias la niña, me recuerdo que así era mi niño cuando tenía esa edad”, narra durante la Celebración del Día de la Madre que les prepararon las autoridades del lugar.
Ella es una de las 104 reclusas del sector Materno Infantil de la conocida como “Cárcel de Mujeres”. Todas viven con sus hijos e hijas en el lugar y comparten día con día, “la tristeza de verlos crecer con tantas necesidades”, dice Yuni, quien asegura, como la mayoría, que es inocente.
Originaria de Quezaltepeque, La Libertad, pasó la mayor parte de su vida en Concepción de Oriente, departamento de La Unión. A los 15 años conoció al padre de su hijo mayor, “el tenía 28 años”, recuerda. Ahora no sabe nada de él y no recibe ayuda para la manutención del niño. “Yo me ganaba la vida echando tortillas, haciendo piñatas y ayudándole a mi mamá ( 39 años), haciendo coronas para enflorar”, explica.
Cuando estaba embarazada de su segunda hija, fue detenida por la Policía, bajo cargos de extorsión y condenada a purgar una pena de 5 años, de los que ya pagó 2. “Es que llegó un hombre conocido, el había sido mi padrastro y me dijo que lo acompañara, yo no sabía que él iba a recoger el dinero de una extorsión”, asegura.
El hombre, expresa, la involucró sin que ella supiera nada. “Yo veía que dábamos vueltas en el carro, cuando apareció una “troca” y se nos puso enfrente. Se bajaron varios hombres armados y nos apuntaron, yo me hice pipí del susto”, cuenta de cómo fue que la policía la detuvo. Su hija nació cuando ya estaba recluida. Después del parto, regresó a la cárcel, donde la recibieron la tristeza y la pobreza.
Su madre la visita cada 6 meses, porque no tiene recursos para venir más seguido, desde el oriente del país. Del papá de su segunda hija no sabe nada, “la mamá de él viene a verme a veces y me trae algunas cosas para la niña”. Todo lo que las internas necesitan para sus vástagos tienen que costearlo por su cuenta: pañales, leche, pachas; algunas reciben ayuda de su familia, otras, no.
Fanny Pacheco, directora del lugar, dice que la institución provee a las internas de lo necesario para que vivan con sus hijos e hijas. También ofrecen talleres para que al salir puedan ganarse la vida de manera honrada. Yuni ha aprendido bordado en festón, tarjetería española, bordado de cruceta, a elaborar mermeladas, a cultivar plantas en un huerto. Todo porque al salir quiere llevar una vida diferente junto a sus hijos.
“Uno cuando está afuera no cree que esto le puede pasar y no oye los consejos de los papás. Mi mamá me decía que me cuidara y no le hice caso, yo por eso le digo a la gente que esto es duro, mi niña no tiene que estar sufriendo aquí. Si yo hubiera oído a mi mamá, no estaría aquí”, manifiesta.
Pese a su condición actual, Yuni cree que su suerte va a cambiar, “yo espero un milagro, ya no quiero pasar lejos de mi hijo y menos que mi niña siga viviendo aquí, porque se sufre. Yo le decía a mi mamá que ya no me dijera nada, que yo era mayor de edad y mire lo que la mayoría de edad me vino a hacer”, concluye.
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Zoraya Urbina
http://www.diariocolatino.com/es/20110512/nacionales/92386/Ser-madre-en-C%C3%A1rcel-de-Mujeres.htm
“No sé cómo es ahora, nunca me lo han traído porque sale caro viajar. Un día, el año pasado, hablé con él, bien bonita la voz de mi niño, no, si me hace falta, mis niños son bien buenos, viera cómo hace gracias la niña, me recuerdo que así era mi niño cuando tenía esa edad”, narra durante la Celebración del Día de la Madre que les prepararon las autoridades del lugar.
Ella es una de las 104 reclusas del sector Materno Infantil de la conocida como “Cárcel de Mujeres”. Todas viven con sus hijos e hijas en el lugar y comparten día con día, “la tristeza de verlos crecer con tantas necesidades”, dice Yuni, quien asegura, como la mayoría, que es inocente.
Originaria de Quezaltepeque, La Libertad, pasó la mayor parte de su vida en Concepción de Oriente, departamento de La Unión. A los 15 años conoció al padre de su hijo mayor, “el tenía 28 años”, recuerda. Ahora no sabe nada de él y no recibe ayuda para la manutención del niño. “Yo me ganaba la vida echando tortillas, haciendo piñatas y ayudándole a mi mamá ( 39 años), haciendo coronas para enflorar”, explica.
Cuando estaba embarazada de su segunda hija, fue detenida por la Policía, bajo cargos de extorsión y condenada a purgar una pena de 5 años, de los que ya pagó 2. “Es que llegó un hombre conocido, el había sido mi padrastro y me dijo que lo acompañara, yo no sabía que él iba a recoger el dinero de una extorsión”, asegura.
El hombre, expresa, la involucró sin que ella supiera nada. “Yo veía que dábamos vueltas en el carro, cuando apareció una “troca” y se nos puso enfrente. Se bajaron varios hombres armados y nos apuntaron, yo me hice pipí del susto”, cuenta de cómo fue que la policía la detuvo. Su hija nació cuando ya estaba recluida. Después del parto, regresó a la cárcel, donde la recibieron la tristeza y la pobreza.
Su madre la visita cada 6 meses, porque no tiene recursos para venir más seguido, desde el oriente del país. Del papá de su segunda hija no sabe nada, “la mamá de él viene a verme a veces y me trae algunas cosas para la niña”. Todo lo que las internas necesitan para sus vástagos tienen que costearlo por su cuenta: pañales, leche, pachas; algunas reciben ayuda de su familia, otras, no.
Fanny Pacheco, directora del lugar, dice que la institución provee a las internas de lo necesario para que vivan con sus hijos e hijas. También ofrecen talleres para que al salir puedan ganarse la vida de manera honrada. Yuni ha aprendido bordado en festón, tarjetería española, bordado de cruceta, a elaborar mermeladas, a cultivar plantas en un huerto. Todo porque al salir quiere llevar una vida diferente junto a sus hijos.
“Uno cuando está afuera no cree que esto le puede pasar y no oye los consejos de los papás. Mi mamá me decía que me cuidara y no le hice caso, yo por eso le digo a la gente que esto es duro, mi niña no tiene que estar sufriendo aquí. Si yo hubiera oído a mi mamá, no estaría aquí”, manifiesta.
Pese a su condición actual, Yuni cree que su suerte va a cambiar, “yo espero un milagro, ya no quiero pasar lejos de mi hijo y menos que mi niña siga viviendo aquí, porque se sufre. Yo le decía a mi mamá que ya no me dijera nada, que yo era mayor de edad y mire lo que la mayoría de edad me vino a hacer”, concluye.
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Zoraya Urbina
http://www.diariocolatino.com/es/20110512/nacionales/92386/Ser-madre-en-C%C3%A1rcel-de-Mujeres.htm
lunes, 2 de mayo de 2011
151. La licencia de EEUU para matar
Sin ánimo de que me consideren defensor de los extremistas musulmanes, ¡nada de eso!, quise escribir esta Nota, la cual surge a raíz del supuesto homicidio a Osama Bin Laden cometido por fuerzas estadounidenses, me planteo dos preguntas al final de esta Nota de Realidad.
A través de los medios de comunicación, hemos reconocido el temor de los ciudadanos estadounidenses, luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001, así como pudimos conocer el engaño de la administración Bush a todo el mundo sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak para invadirla, saquear sus recursos, hacer retroceder por décadas su desarrollo y masacrar a su pueblo. (1)
Ahora los medios de comunicación, justifican el homicidio de Osama Bin Laden, presentando en esta coyuntura, las imágenes de los aviones estrellándose contra las torres gemelas y exaltando la celebración del pueblo norteamericano.
El once de septiembre fallecieron cerca de tres mil personas en EEUU. Desde la ocupación Estadounidense en Irak, han fallecido más de un millón de personas de manera violenta en tierra Iraki. (2)
En definitiva, mi pregunta la planteo en el siguiente caso. Si los Irakies, decidieran tomarse por sus propias manos las masacres ocurridas en sus tierras, y realizaran un homicidio contra un alto mando norteamericano... 1. ¿Se daría la misma cobertura a los crímenes de lesa humanidad cometida en Irak por las fuerzas norteamericanas para justificar la acción?... 2. ¿Se guardaría el mismo silencio internacional y por otra parte, se celebraría de la misma manera?
Ciertamente, toda esta violencia es repugnante, pero es aún más repugnante motivar a los pueblos a generar más violencia para resolver sus desigualdades.
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1. http://es.wikipedia.org/wiki/Atentados_del_11_de_septiembre_de_2001
2. http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Irak