Alguna vez alguien preguntó a una Gurú: ¿es el Karma real o sólo una idea de la mente? La respuesta de la Gurú, en resumen, fue esta: “En mi experiencia, la única cosa que es real son las elecciones que hago en este momento”…
Es tan simple como que todo lo que creo lo hago real, lo fabrico en mi interior y lo proyecto hacia los demás, en ese momento “los demás” se convierten en un reflejo de mis acciones, de lo que soy, de lo que produzco. En el espejo que me rodea.
Entonces, si esto fuera así, ¿cómo un país, un continente entero, puede disminuir la violencia con más violencia? Alguna vez quizá hemos escuchado el término de las espirales de violencia, pero ¿acaso las hemos entendido? En el fondo ese podría ser una verdadera manifestación del karma, no es el hecho de que se me va a regresar todo lo malo o todo lo bueno que haga, sino comprender que cada decisión que tome en este momento desencadenará una seria de acontecimientos que tendrán sus consecuencias, sus frutos.
Si cada persona es capaz de proyectar su odio, su rencor, su impotencia por medio de la violencia, es lógico que cuando eso salga hacia los demás los demás sólo funcionen para reflectar lo que se percibe. Sin embargo, si cada persona opta por la posibilidad de empezar a disminuir la violencia por pequeñas cosas, eso comenzará a proyectarse de regreso hacia cada uno.
Es válido pensar que la violencia ha llegado a un grado animal en nuestras sociedades, fuera de conciencia, fuera de aceptación, fuera de los parámetros “normales” que aceptamos y cedemos dándoles el beneficio de llamarlos así “normales”, pero ese podría ser uno de los problemas más grandes; la aceptación, la sumisión, la percepción de la violencia como “pequeña” según las acciones con las que se manifiesta; pero basta un minúsculo punto, una sola decisión para que una enorme espiral se desate.
¿Hacia dónde se dirige un pueblo que es condescendiente con la pena de muerte? Quizá a una incivilización más palpable, quizá a resolver un problema para generar uno peor, quizá a calmar la sed de justicia de algunos o a ensuciar la conciencia de otros, o quizá solamente sea el primer paso para la espiral, la manifestación más absoluta y sincera del Karma.
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:: Yami Flores
Es tan simple como que todo lo que creo lo hago real, lo fabrico en mi interior y lo proyecto hacia los demás, en ese momento “los demás” se convierten en un reflejo de mis acciones, de lo que soy, de lo que produzco. En el espejo que me rodea.
Entonces, si esto fuera así, ¿cómo un país, un continente entero, puede disminuir la violencia con más violencia? Alguna vez quizá hemos escuchado el término de las espirales de violencia, pero ¿acaso las hemos entendido? En el fondo ese podría ser una verdadera manifestación del karma, no es el hecho de que se me va a regresar todo lo malo o todo lo bueno que haga, sino comprender que cada decisión que tome en este momento desencadenará una seria de acontecimientos que tendrán sus consecuencias, sus frutos.
Si cada persona es capaz de proyectar su odio, su rencor, su impotencia por medio de la violencia, es lógico que cuando eso salga hacia los demás los demás sólo funcionen para reflectar lo que se percibe. Sin embargo, si cada persona opta por la posibilidad de empezar a disminuir la violencia por pequeñas cosas, eso comenzará a proyectarse de regreso hacia cada uno.
Es válido pensar que la violencia ha llegado a un grado animal en nuestras sociedades, fuera de conciencia, fuera de aceptación, fuera de los parámetros “normales” que aceptamos y cedemos dándoles el beneficio de llamarlos así “normales”, pero ese podría ser uno de los problemas más grandes; la aceptación, la sumisión, la percepción de la violencia como “pequeña” según las acciones con las que se manifiesta; pero basta un minúsculo punto, una sola decisión para que una enorme espiral se desate.
¿Hacia dónde se dirige un pueblo que es condescendiente con la pena de muerte? Quizá a una incivilización más palpable, quizá a resolver un problema para generar uno peor, quizá a calmar la sed de justicia de algunos o a ensuciar la conciencia de otros, o quizá solamente sea el primer paso para la espiral, la manifestación más absoluta y sincera del Karma.
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:: Yami Flores
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