lunes, 26 de enero de 2009

016. Algo no está bien

“En la próxima legislatura, la única salida que tienen ARENA y el FMLN para dejar de ser rehenes del PCN es entenderse entre ellos y aprobar pronto algunas leyes sin tener que suplicarle al PCN. Esa estrategia es más difícil pero mucho más conveniente para el país.”

La oferta no es “compre uno y llévese el otro a mitad de precio”. Es mucho más generosa. Puede llevárselos todos con atractivos descuentos hasta del 70%. Solo tiene que saber dónde buscar los artículos que están más rebajados. Le pueden salir algunos defectuosos, pero eso es lo de menos. A caballo regalado no se le mira el diente.

Si esto fuera una venta de calzoncillos, no habría nada que objetar, pero estamos hablando del sistema que tenemos para elegir a nuestros representantes en la Asamblea Legislativa. Ya se han señalado hasta la saciedad las consecuencias negativas de tener que votar por planillas partidarias y no por personas con nombre, cara fea y apellido.

Pero la cosa se termina de arruinar cuando un partido, que en ningún lugar ha podido ganar un solo diputado a precio regular, puede llevarse rebajados los que necesita para constituirse en la fracción más poderosa de la legislatura.

Cuando el TSE termine la ardua tarea de contar los votos depositados en las urnas el domingo pasado, es muy probable que el PCN termine obteniendo 10, tal vez 11, diputados. Todos ellos por residuos. Esto significa que uno de los partidos que tiene menos respaldo de la población, un distante tercer lugar en la suma de votos de todo el país, tendrá poder efectivo de veto sobre cualquier iniciativa de los dos partidos que han obtenido más votos. Ni ARENA ni el FMLN podrán aprobar una sola ley sin la anuencia del PCN.

Esta absurda situación no ocurriría si tuviéramos diputados que votan con criterio propio, porque entonces podrían alcanzarse mayorías con diputados de todos los partidos; pero como los elegimos en combo y los de cada combo son obedientes a su línea partidaria, la aritmética legislativa se vuelve simple y el PCN emerge como el partido sin el cual no se puede legislar.

Tenemos que reformar la ley para elegir diputados de manera diferente, con listas abiertas. Eso volvería innecesario el sistema de residuos. En cada departamento entrarían los candidatos que obtengan más votos, independientemente del partido al que pertenecen, hasta completar la cifra que le corresponde a ese departamento en razón de la magnitud de su población.

Si los partidos siguen negándose a adoptar el sistema de listas abiertas, al menos debiera limitarse el número de diputados que un partido puede obtener por residuos. Esto requeriría diseñar un sistema más complejo, pero eso es preferible a la situación que ahora tenemos.

En la próxima legislatura, la única salida que tienen ARENA y el FMLN para dejar de ser rehenes del PCN es entenderse entre ellos y aprobar pronto algunas leyes sin tener que suplicarle al PCN. Esa estrategia es más difícil pero mucho más conveniente para el país y mucho más consistente con las cuotas de poder que los electores hemos querido darle a cada partido. Por su parte, el PCN está obligado a utilizar responsablemente el poder que, sin merecerlo, le ha otorgado el sistema.

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Salvador Samayoa, La Prensa Gráfica, Enero de 2009.
http://www.laprensagrafica.net/sendaelectoral/?p=3402

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