martes, 12 de mayo de 2009

058. Una historia prohibida del pulgarcito

Con todo respeto para nuestros lectores, y ante mi deber como estudiante de Derecho de la UES, me complace publicar este pequeño escrito de Roque Dalton, en conmemoración a su natalicio (14 de mayo de 1935), pero principalmente a los 34 años de habernos privado de sus ideas desde el 10 de mayo de 1975.

"Formularios (Hoja No. 2)"

Para orientación de nuestros compañeros que se encuentren alguna vez en la necesidad de pronunciar un discurso de ingreso en alguna institución cultural salvadoreña de tipo tradicional (en los casos y de acuerdo a las estipulaciones que constan en el juramento prestado según la fórmula de la hoja No 1 [*] de la presente serie), la JUNTA DIRECTIVA DEL CIRCULO LITERARIO UNIVERSITARIO se permite adjuntar un ejemplo de discurso "anarco-criminoso" que tuviera gran éxito al ser pronunciado por su autor en un fallido intento de ingreso a la Academia Salvadoreña de la Historia, intento para el cual había sido debidamente aleccionado por nuestra organización.

Del nivel de dicho éxito habla fehacientemente el hecho de que nuestro compañero ha cumplido ya su octavo mes de prisión en la Penitenciaría central, acusado de atentado contra los símbolos patrios, promoción de desorden público, daños a particulares (le dio un patatús al Dr Julio Fausto Fernández y el Dr. Ramón López Jiménez agarró zumba de churría durante más de un mes), injurias y calumnias. Su ejemplar pieza oratoria dice así:

"Excelentísimo Señor Presidente de la República:
Su Señoría Ilustrísima Monseñor Arzobispo de San Salvador:
Venerables e Ilustradísimos Señores Académicos:

Todo el mundo sabe que siempre odié a la gran mayoría de los próceres. José Matías Delgado, con cuyo apellido me sobrenombraba uno de mis múltiples dentistas de mi niñez descalcificada, siempre me hace pensar en el catarro y en el mal aliento eclesiástico, ya lo dije en un poema.

Estoy absolutamente seguro de que José Simeón Cañas, el libertador de los esclavos, bebía demasiado y en forma embozada, y que Manuel José Arce era lo poco figura histórica como para inspirar a gentes de la calaña intelectual de Chema Lemus.

Os imagináis, compatriotas, que el General Francisco Menéndez, responsable de una muy recordada Reforma Liberal olorosa a naftalina y a patas de cuca, era alguien mucho mejor que nuestro contemporáneo Cabro Loco, el salvavidas más viejito del mundo?

El culto a toda esa pandilla de pendejos es una de las mayores expresiones de nuestra catutería mental.

Yo sé, ilustres señores que me escucháis, que no se podemos esperar de un día para otro devenir en unos Felipes Mansos de la perspectiva histórica y que en el cuartito mesonero en que nos encierran las fronteras a puras penas cabe Catuta.

Sin embargo, ni me aconsejo la natación contra corriente, ni quiero pecar de proponérosla en ningún nivel: el águila no solamente no caza moscas sino que deja de hacerlo con la más silenciosa majestad.

Por eso me empecino en admirar a los futbolistas criollos que derrotaron al Santos de Brasil (con todo y la presencia de Péle en sus filas, les zampamos, como todos vosotros recordaréis, dos goles contra uno, con el agravante de que el gol brasileño fue de penalty); a la Camiona, esa puta notabilísima y loable, santaneca, que nos dotó de un argumento todo poderoso contra cualquier cultura extrajera de ayer y de hoy , saliendo airosa de un coito semipúblico con Truxon, el gorila del Circo Atayde; y, no faltaba más, al Chino Pinto, lanzándose desde tan alto, en un paracaídas sospechoso, sobre un territorio tan pequeño como es el de nuestro país, etc ."

..................................................
:: David Pacas, davpacas@hotmail.com
Fuente: DALTON, Roque. Las historias prohibidas del pulgarcito. P. 159-160.
[*] La hoja número 1 consiste en un formulario de compromiso a pronunciar un discurso contra cualquier "siniestra o polvorienta" agrupación cultural oficial o particular ("Ateneo de El Salvador, Academia Salvadoreña de la Lengua, Idem de la Historia") en el caso de ser invitado a pertenecer "en ocasión de la represión política". (P. 157-158)

No hay comentarios: