viernes, 28 de enero de 2011

143. 1932

Nos impusieron gobernantes que no elegimos, que no velaban por nuestros derechos. No eran representantes sino de los intereses de los grandes hacendados.

Dijeron que fue organizado por el Partido Comunista pero fuimos nosotros, indígenas despojados de sus tierras, muertos de miedo y de orgullo nos armamos como pudimos, tomamos plazas, alcaldías, eramos valientes con el miedo en una mano y en la otra el corazón encogidito...no se podía más, nos estábamos muriendo de hambre cortando café ajeno donde antes habíamos cultivado nuestros alimentos.

Abrimos la alcaldía y ya envalentonados nos fuimos al cuartel, sin pensarlo, henchido el pecho y cerrada la mente sin pensar en las pocas posibilidades que teníamos ante armas superiores a nuestras herramientas de trabajo. Los vimos venir con sus uniformes, disparando desde posiciones donde nosotros no pudimos alcanzarlos, dejando una alfombra de cuerpos a su paso. Levantamiento le llamaron pero después su solución fue matarnos fue dejarnos a todos abajo, muertos uno sobre otro.

En los días siguientes mataron a los líderes, la mitad de nuestras madres y hermanas creyeron que estaban locos por velar por nuestras tierras, los mataron por comunistas decían. Muchos tuvimos que escondernos mientras nos llegaban noticias de familiares que habían matado y nosotros escondidos sin poder irles a velar ni buscar. Poco a poco nos fuimos preguntando donde estaba también Dios escondido para hacernos compañía

Poco a poco tuvimos que despojarnos de la ropa que nos gustaba, nuestra lengua, nuestras fiestas. Ya había sido duro para nuestra ascendencia haber adquirido todo esto durante la colonización y ahora teníamos que dejar nuestras vidas, nuestro trabajo y escondernos como ladrones.

Pero de eso ya hace 79 años, los pocos que quedaron se han ido muriendo también y con ellos la memoria.


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Yami Flores.