Video Univisión, 8 de diciembre de 2008.
A escasas semanas para las elecciones de Alcaldes y Diputados en El Salvador se mantiene la incertidumbre sobre la posibilidad de un fraude electoral. ¿Es posible? ¿Cómo?
El sistema electoral salvadoreño en las urnas se ampara en la experiencia de muchos países democráticos. El sistema de votación se presume es muy seguro y difícilmente pueden ocultarse o añadirse votos como cualquiera pensaría.
Todo salvadoreña y salvadoreño, para hacer uso de su derecho al sufragio, debe presentarse con su DUI, ante una junta receptora de votos, la cual tiene un listado de personas (padrón) que votarán exclusivamente en ese lugar. Esta junta receptora está constituida “equitativamente” por representantes de todos los partidos políticos.
Cada junta, tiene a su disposición un número de papeletas de votación, que no sobrepasan las 400. [1] Durante la jornada para emitir el voto, el presidente de la junta receptora firma y sella cada papeleta antes de entregarla a los ciudadanos, caso contrario el voto es nulo [2].
Al cierre de la votación, en cada junta se abre la urna que contiene las papeletas, y se examinan a la vista de todos los presentes, cada uno de los votos emitidos. Se compara el número de papeletas utilizadas, con el número de papeletas no utilizadas, que debe dar como resultado el número total de papeletas asignadas a la junta.
Por último, se indica en un acta el número de votos asignados a cada partido, número de papeletas con votos emitidos, impugnados y nulos. Todos los representantes de los partidos firman el acta y esta se envía al sistema del Tribunal Supremo Electoral. Los partidos políticos guardan una copia del acta para que puedan ser comparadas si así lo solicitan.
Por ahora, el sistema parece transparente.
Pero regresemos a un pequeño detalle en cuanto a la organización de la jornada de votación. La única garantía que separa al ciudadano de una papeleta de votación es el DUI.
En mayo de 2008, el Ministerio de Economía dio a conocer las cifras del VII Censo de Población que indicó la cifra 3 millones 422 mil 482 salvadoreños mayores de edad. Sin embargo al cierre del registro electoral hay en el país 4 millones 226 mil 479 votantes. Las cifras no cuadran. [3]
Si depuramos el número de jóvenes que cumplieron 18 años y los que obtuvieron su DUI después del Censo, aún así existe la enorme cantidad de 557 mil 608 personas, de las cuales nadie sabe como, ni de donde salieron.
En cada elección, todos los partidos políticos se acusan mutuamente de hacer “movilización de votantes” para ganar la contienda en un municipio que les interesa. Cuando se compara censo y padrón, resulta que hay 12 municipios en donde se ponen en duda, de nuevo, los datos del padrón. [5] Por ejemplo, según el Padrón Electoral, en Comalapa votarán 1476 personas de las que realmente habitan. [4]
Según las cifras, tenemos un Padrón Electoral que contiene 4.2 millones de personas, que incluye un 10% de votantes, de las cuales nadie da explicación de donde aparecieron. Es el caso que las próximas elecciones se esperan muy cerradas y ese porcentaje puede hacer la diferencia.
¿Podemos confiar? Resulta que por el momento, la única respuesta es confiar en que el voto de cada ciudadana y ciudadano será respetado, que cualquier intento de fraude será detenido, y que los partidos políticos aceptaran la decisión del pueblo, les favorezca o no les favorezca… ¿Suena preocupante no?
..................................................
[1] Código Electoral, Art. 50.
[2] Código Electoral, Art. 253.
[3] http://www.elecciones2009.elfaro.net/Noticias58.html
[4] http://www.elecciones2009.elfaro.net/extranos.html
[5] http://www.elecciones2009.elfaro.net/Noticias58.html
El sistema electoral salvadoreño en las urnas se ampara en la experiencia de muchos países democráticos. El sistema de votación se presume es muy seguro y difícilmente pueden ocultarse o añadirse votos como cualquiera pensaría.
Todo salvadoreña y salvadoreño, para hacer uso de su derecho al sufragio, debe presentarse con su DUI, ante una junta receptora de votos, la cual tiene un listado de personas (padrón) que votarán exclusivamente en ese lugar. Esta junta receptora está constituida “equitativamente” por representantes de todos los partidos políticos.
Cada junta, tiene a su disposición un número de papeletas de votación, que no sobrepasan las 400. [1] Durante la jornada para emitir el voto, el presidente de la junta receptora firma y sella cada papeleta antes de entregarla a los ciudadanos, caso contrario el voto es nulo [2].
Al cierre de la votación, en cada junta se abre la urna que contiene las papeletas, y se examinan a la vista de todos los presentes, cada uno de los votos emitidos. Se compara el número de papeletas utilizadas, con el número de papeletas no utilizadas, que debe dar como resultado el número total de papeletas asignadas a la junta.
Por último, se indica en un acta el número de votos asignados a cada partido, número de papeletas con votos emitidos, impugnados y nulos. Todos los representantes de los partidos firman el acta y esta se envía al sistema del Tribunal Supremo Electoral. Los partidos políticos guardan una copia del acta para que puedan ser comparadas si así lo solicitan.
Por ahora, el sistema parece transparente.
Pero regresemos a un pequeño detalle en cuanto a la organización de la jornada de votación. La única garantía que separa al ciudadano de una papeleta de votación es el DUI.
En mayo de 2008, el Ministerio de Economía dio a conocer las cifras del VII Censo de Población que indicó la cifra 3 millones 422 mil 482 salvadoreños mayores de edad. Sin embargo al cierre del registro electoral hay en el país 4 millones 226 mil 479 votantes. Las cifras no cuadran. [3]
Si depuramos el número de jóvenes que cumplieron 18 años y los que obtuvieron su DUI después del Censo, aún así existe la enorme cantidad de 557 mil 608 personas, de las cuales nadie sabe como, ni de donde salieron.
En cada elección, todos los partidos políticos se acusan mutuamente de hacer “movilización de votantes” para ganar la contienda en un municipio que les interesa. Cuando se compara censo y padrón, resulta que hay 12 municipios en donde se ponen en duda, de nuevo, los datos del padrón. [5] Por ejemplo, según el Padrón Electoral, en Comalapa votarán 1476 personas de las que realmente habitan. [4]
Según las cifras, tenemos un Padrón Electoral que contiene 4.2 millones de personas, que incluye un 10% de votantes, de las cuales nadie da explicación de donde aparecieron. Es el caso que las próximas elecciones se esperan muy cerradas y ese porcentaje puede hacer la diferencia.
¿Podemos confiar? Resulta que por el momento, la única respuesta es confiar en que el voto de cada ciudadana y ciudadano será respetado, que cualquier intento de fraude será detenido, y que los partidos políticos aceptaran la decisión del pueblo, les favorezca o no les favorezca… ¿Suena preocupante no?
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[1] Código Electoral, Art. 50.
[2] Código Electoral, Art. 253.
[3] http://www.elecciones2009.elfaro.net/Noticias58.html
[4] http://www.elecciones2009.elfaro.net/extranos.html
[5] http://www.elecciones2009.elfaro.net/Noticias58.html
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