Video: Diario Digital El Faro, 17 de abril de 2009.
El Salvador, uno de los países más pequeños del mundo, que desgraciadamente alimenta su popularidad gracias a sus innumerables problemas sociales y sus “tristemente célebres” personajes.
El diputado suplente salvadoreño Roberto Silva, quien es acusado de múltiples delitos en nuestro país, y supuestamente vinculado al homicidio de tres diputados salvadoreños, intentó salvar su libertad en Estados Unidos, condenando públicamente a otro salvadoreño, conocido por su trayectoria en las pasadas elecciones presidenciales, el señor Adolfo Torrez, ex director departamental de San Salvador del Partido ARENA.
El 20 de marzo de 2008, desde un despacho jurídico en Los Ángeles, Roberto Silva se enlazó vía telefónica con Adolfo Torrez. Una llamada en la que Silva se refiere como “el problema” a los cargos de soborno y lavado de dinero que se vinculan en su contra, atendiendo una posible solución en el “medio melón” -medio millón de dólares- que Tórrez le solicita para desvanecer los cargos y sacar de prisión a su esposa, a través de “sus amigos”, “de primera categoría”, “mara bien cercana a los meros meros de todas partes”.
Un año después de esa llamada telefónica, la grabación está certificada como prueba en un juicio de apelación de asilo político en una corte federal estadounidense en Florence, Arizona, y de ella tienen conocimiento el FBI y la embajada de Estados Unidos en El Salvador. Tórrez reconoce abiertamente que él recibió la llamada. “Él (Silva Pereira) llamó a una persona que se llama Adolfo Tórrez y, como hombre, lo estoy aceptando”, sostiene. Admite que el número al que fue hecha es su “número privado”. Cuando se marca a ese número, lo que suena en el aparato telefónico azul es la marcha nacionalista de Arena. En una viñeta al dorso del teléfono están escritos los mismos ocho dígitos que la defensa del diputado suplente dice que marcó para comunicarse con él hace más de un año. [1]
La noticia completa sobre lo ocurrido, puede ser vista en el siguiente vínculo: http://www.elfaro.net/secciones/Noticias/20090413/noticias4_20090413.asp
Nuestra intención no es juzgar el derecho del Señor Silva para asegurar su defensa, ni culpar de un delito al Señor Tórrez con la evidencia de su propia voz.
Nuestro país degenera su democracia y su libertad cada día, debido a que el sistema de Justicia no se aplica respetando las normas de Derecho, con la incompetencia de un buen numero de fiscales, comenzando por el Fiscal General; con candidaturas amañadas para la Corte Suprema de Justicia, y con las decisiones bajo la mesa de los diputados.
Al final, resulta un círculo vicioso de injusticia, que deja en libertad de culpa a los legitimamente perseguidos por delitos que dañan al colectivo social, mientras se aglutinan los centros penales con una buena parte de desesperados por la pobreza y el desempleo.
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:: David Pacas, davpacas@hotmail.com
El diputado suplente salvadoreño Roberto Silva, quien es acusado de múltiples delitos en nuestro país, y supuestamente vinculado al homicidio de tres diputados salvadoreños, intentó salvar su libertad en Estados Unidos, condenando públicamente a otro salvadoreño, conocido por su trayectoria en las pasadas elecciones presidenciales, el señor Adolfo Torrez, ex director departamental de San Salvador del Partido ARENA.
El 20 de marzo de 2008, desde un despacho jurídico en Los Ángeles, Roberto Silva se enlazó vía telefónica con Adolfo Torrez. Una llamada en la que Silva se refiere como “el problema” a los cargos de soborno y lavado de dinero que se vinculan en su contra, atendiendo una posible solución en el “medio melón” -medio millón de dólares- que Tórrez le solicita para desvanecer los cargos y sacar de prisión a su esposa, a través de “sus amigos”, “de primera categoría”, “mara bien cercana a los meros meros de todas partes”.
Un año después de esa llamada telefónica, la grabación está certificada como prueba en un juicio de apelación de asilo político en una corte federal estadounidense en Florence, Arizona, y de ella tienen conocimiento el FBI y la embajada de Estados Unidos en El Salvador. Tórrez reconoce abiertamente que él recibió la llamada. “Él (Silva Pereira) llamó a una persona que se llama Adolfo Tórrez y, como hombre, lo estoy aceptando”, sostiene. Admite que el número al que fue hecha es su “número privado”. Cuando se marca a ese número, lo que suena en el aparato telefónico azul es la marcha nacionalista de Arena. En una viñeta al dorso del teléfono están escritos los mismos ocho dígitos que la defensa del diputado suplente dice que marcó para comunicarse con él hace más de un año. [1]
La noticia completa sobre lo ocurrido, puede ser vista en el siguiente vínculo: http://www.elfaro.net/secciones/Noticias/20090413/noticias4_20090413.asp
Nuestra intención no es juzgar el derecho del Señor Silva para asegurar su defensa, ni culpar de un delito al Señor Tórrez con la evidencia de su propia voz.
Nuestro país degenera su democracia y su libertad cada día, debido a que el sistema de Justicia no se aplica respetando las normas de Derecho, con la incompetencia de un buen numero de fiscales, comenzando por el Fiscal General; con candidaturas amañadas para la Corte Suprema de Justicia, y con las decisiones bajo la mesa de los diputados.
Al final, resulta un círculo vicioso de injusticia, que deja en libertad de culpa a los legitimamente perseguidos por delitos que dañan al colectivo social, mientras se aglutinan los centros penales con una buena parte de desesperados por la pobreza y el desempleo.
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:: David Pacas, davpacas@hotmail.com
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